Una de nuestras “canallas” preferidas. El terror de los voluntarios.
Esta pequeña poni es otro ejemplo de que, a veces, los humanos no sabemos cómo tratar con los animales.
Entregamos a Perla en adopción, con todo nuestro cariño, cuando era muy pequeña y, aunque estaba bien cuidada (nos mandaban fotos de ella en una bonita casa), al parecer, jamás se preocuparon de su educación.
Jamás nos contaron que estaban teniendo problemas con ella, pese a que en el contrato de adopción ofrecíamos nuestra ayuda para todo lo que necesitaran nuestros animales.
Cuando la poni se volvió un “tigre” y empezó a morder y dar patadas a la familia, decidieron devolverla sin más miramientos.
Ahora nuestra querida poni Baballoo con tranquilidad, respeto y firmeza parece que está consiguiendo volverla más sociable.