Todos hemos pensado alguna vez en qué quedará de nosotros cuando ya no estemos, qué huella dejaremos. Algunas personas han decidido convertirse en un Ángel para quienes más lo necesitan. Sé una de esas personas que quieren que su legado se destine a que la Asociación y Santuario CYD Santa María (actual Protectora Todos los Caballos del Mundo) puedan salvar en el futuro la vida de muchos animales.
Una vez hayas decidido realizar testamento y hacer beneficiaria a nuestra asociación sin ánimo de lucro, tendrás que seguir los pasos que te dicte tu asesor legal según la modalidad elegida. El testamento deberá redactarse ante notario e incluir nuestros datos.
Datos oficiales:
Asociación CYD Santa María, Centro de Recuperación y Reubicación de Animales
CIF: G-92.703.669
Direcciones a efectos de notificación:
Asociación CYD Santa María, Apartado de Correos 303, 29.100 Coín, Málaga (España).
E-mail: info@todosloscaballosdelmundo.com
Si en el testamento se ha nombrado un albacea, éste tiene la obligación de notificarlo a todos los beneficiarios del mismo, pero te agradeceríamos que nos informases de que nos has incluido en tu testamento solidario y nos hicieses llegar una copia. De esta manera podremos ponernos en contacto contigo para expresarte nuestra gratitud y conocer a la persona que ha tenido tal gesto de generosidad con nosotros. Aunque si prefieres mantener el anonimato, entonces dicha información nos permitirá asegurar el cumplimiento de tu última voluntad.
Gracias a Negrita y a su maravillosa familia pudimos renacer como el Ave Fénix, tras unas lluvias que destruyeron parte de nuestras instalaciones.
Una noche el agua destrozó muros, suelos, incluso inundó algunas de las cuadras, pero como estábamos “durmiendo” con nuestros caballos, tuvimos tiempo de realojarlos en otros lugares del albergue.
Gracias a Negrita reconstruimos gran parte del Refugio: añadimos una capa de cemento en las cuadras, cubrimos todas las grietas y pudimos cambiar gran parte de la instalación eléctrica, que llevaba muchos años soportando todo tipo de inclemencias medioambientales.
Sin este legado no hubiéramos podido recuperarnos.
D. nos ayudó de la mano de otra gran persona: N., su albacea y amiga. Ella nos descubrió a un ser humano que se convirtió en parte del Equipo aunque ya no estuviera presente. N. vino a conocer, junto a unos amigos, nuestra labor el último día de uno de nuestros seres más queridos: Rama, una de las perritas más cariñosas que jamás hayamos conocido.
No pudimos acompañarles a visitar el Refugio, pero vinieron a casa y conocieron personalmente a parte de nuestra familia. Nuestra madre, mi hermana y yo estábamos desconsoladas alrededor de Ramita, ofreciéndole todo nuestro cariño despidiéndola con la Paz y el Amor que se merecía.
No solemos publicar este tipo de cosas, pero N. y sus amigos tuvieron la oportunidad de compartir con nosotros uno de nuestros momentos más íntimos, y eso, creemos, les permitió comprobar que el deseo de D. de cuidar y proteger a los animales se cumpliría siempre en la Asociación y Refugio Todos los Caballos del Mundo.