A Jazmín la rescatamos estando embarazada.
Unos meses más tarde nacía en la Protectora una potrilla preciosa a la que pusimos de nombre Gaia.
Las dos son muy bonitas, con el paso del tiempo Jazmín se ha convertido en una yegua grande, fuerte, noble, nada que ver con aquel ser escuálido y aterrorizado con el que nos encontramos la primera vez que la vimos.
¿Cómo os contamos la historia de Jazmín? Muchos tratantes compran animales y los mantienen en estado de semiabandono hasta que un comprador ve algo especial en uno de ellos o, simplemente, se apiada.
Muchos mueren durante el proceso, pero aquí en Málaga, a muchos ayuntamientos no parece importarle.
Cuando el SEPRONA y nosotros mismos acudimos al Ayuntamiento de Marbella para explicarles la situación, miraron para otro lado, como han hecho en tantas otras ocasiones.
Tú no mires para otro lado: Apadrina a Jazmín.