Lo primero que las personas ven en esta joven yegua es su pata deformada.
Nosotros lo único que vemos es el amor con el que recibe siempre a los niños que visitan Todos los Caballos del Mundo.
Víctima del maltrato y abandono, esta yegua sufrió terribles dolores hasta que la pudimos rescatar.
Muchas veces nos preguntan por qué no la sacrificamos.
La respuesta es muy sencilla: Estrella es feliz.
Come, juega, descansa, hace carreras con sus amigos y recibe mil atenciones.
Nos extraña la pregunta porque… ¿sacrificarías tú a una persona porque tuviera una pierna rota? No lo harías.
Por eso siempre rogamos que antes de sacrificar a un amigo, se valore seriamente si se hace por el bien del animal o sólo por comodidad.
Ayuda a Estrellita con sus cuidados.