Es hija de Indi y forma parte de la Tríada a la que también pertenecen su madre y su tía Sabinillas.
Es un poco pícara, siempre está pendiente de todo lo que pasa a su alrededor, pero no sólo quiere observar, ¡siempre está en el medio!
La pobre Skittles no tuvo infancia, ya que su dueño la mantuvo a ella y a sus compañeros hacinados en un cuartucho sin ni siquiera una rendija por donde pudiera entrar la luz.
Cuando vemos a un potrillo corriendo con su madre, siempre nos acordamos de todos los animales de pocas semanas a los que hemos conocido y a los que un humano ha destrozado la vida por no tratarlo adecuadamente.
Un suceso que ocurre con demasiada frecuencia es la cantidad de potros a los que dañan las vértebras o incluso rompen el cuello por manejarlos con brusquedad nada más nacer.
Pese a lo que ha sufrido, Skittles necesita saber que hay buenas personas en el mundo.