Es una de las abuelitas del refugio.
Pese a su edad (o quizás por ella) tiene un punto de timidez que la mantiene un poco aislada de los ponis más jóvenes.
Ellos respetan su veteranía y, por su parte, Princess no quiere meterse en cosas de “chiquillos”.
Nunca la adoptaron porque está cojita pero nos gustaría que una familia viniera a visitarla, traerle zanahorias y, junto con nosotros, darle todo el cariño que nuestros mayores se merecen.