Fue rescatada en Río Real, Marbella, donde un grupo de caballos estaban muriéndose de hambre.
Cuando nos avisaron ya había varios esqueletos de animales jóvenes en la finca.
Maya debía de ser la jefa de la manada, por su carácter impetuoso y capacidad de liderazgo, y, por ello posiblemente, fue una de las que peor trato recibió por parte de su dueño.
En sus patas aún se ven las cicatrices causadas por las trabas.
Es una yegua complicada por lo que está en manos de Concordia, quien trata de enseñarle con paciencia y mucho amor que todos los humanos no somos iguales.