Los nombres que escogemos para los caballos que rescatamos son especiales.
En este caso, para nosotros, es un verdadero MISTERIO que este caballito, que sufría abandono y desnutrición severa cuando lo encontramos, se bajara del camión a su llegada al albergue y nos lamiera las manos a todos los que nos acercábamos cerrando los ojitos.
Ni sombra de rencor ni maldad… Y sigue igual, acompañando de forma totalmente desinteresada a su fiel compañero Secreto.
Forman un Equipo y ponemos la mano en el fuego por que esta amistad durará toda la vida. Ojalá los humanos pudiéramos decir lo mismo de todos nuestros amigos.
¿Quieres convertirte en padrino de esta pareja de “inseparables”?