Es una de las yeguas más bonitas de la Protectora (las comparaciones son horribles, pero… ¡lleva tantos años con nosotras!).
Hubo un tiempo en que todo el mundo quería llevársela, pero casi todos la querían para “lucirla” y montarla sin parar.
Nosotras siempre hemos buscado buenas familias para nuestros caballos, personas que quisieran dar la bienvenida a un miembro más en la familia, pero nunca le ofrecieron un hogar digno donde ser feliz. Todo lo que tiene de grande y de bonita lo tiene de generoso su corazón.
Por eso, buscamos desesperadamente para ella una persona o familia que venga a visitarla al refugio, le traiga zanahorias y que, junto a nosotros, la cuide como todos los “abuelitos” del mundo se merecen.
Apadrina a Rondalla, ocupa un lugar muy especial en nuestros corazones.